viernes, 27 de abril de 2012

La AntiMANE un retroceso del movimiento estudiantil

Publicado en Observatorio de la Universidad Colombiana
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En 1971 los universitarios colombianos dentro de un proceso de movilización presentaron un programa mínimo que aglomeraba de manera estructural los principios de autonomía, presupuesto y política académica dentro de la universidad pública. Dicha lucha permitió que docentes y estudiantes hicieran parte de los organismos de decisión de las instituciones.
Tal como hace cuatro décadas, los estudiantes presentamos una inconformidad con políticas gubernamentales que enfocan la educación superior a la simple y desdichada dinámica del mercado.

De la misma forma, el movimiento estudiantil colombiano se nutre de las luchas similares que paralelamente se siguen en América Latina: Chile, Puerto Rico, República Dominicana, entre otras.

La Mesa Amplia Nacional Estudiantil es el resultado de años de intentos gremiales, donde la unidad resultaba ser una premisa compleja y siempre las discrepancias distanciaron a las organizaciones estudiantiles.

Sin embargo, el proyecto modificatorio de la Ley 30 presentado por el gobierno el año anterior, hizo recapacitar a los diferentes sectores que luego de un análisis crítico y de sobrepasar las barreras ideológicas, políticas y personales, entendieron la necesidad de unificar fuerzas, no sólo desde la universidad pública, sino también con la universidad privada
La interiorización de la lucha aviva la esperanza de los jóvenes, el objetivo de cambio permea el ideario general y empieza así un camino positivo, que concluye el 2011 con el retiro del proyecto de reforma.

Dentro de la MANE, existen discrepancias notorias entre los diferentes sectores que la conforman. Los estudiantes independientes (Que no pertenecemos a ninguna organización) sentimos que hemos sido discriminados al momento de elegir voceros, algunos grupos han acaparado la atención política con partidos y movimientos externos a la universidades, lo que choca con los otros, que consideramos la MANE como el escenario propio de la crítica, sin necesidad de torpedearla con intereses ajenos a ella.

Los miembros de la MANE deben entender que el discurso y el debate es pluralista. Se notan los juegos de poderes al interior de las vocerías y el ánimo de figuración personalista de algunos sectores. Esta crítica surge desde adentro y es un llamado a todos, por dejar de lado tan nefastas prácticas asociadas más a procesos electorales que a procesos reales de construcción política.

Ahora bien, este tipo de actitudes son subsanables de manera consciente. La problemática es de forma y no de fondo, lo que hace repensar la estrategia y por demás hacer el llamado a los grupos disidentes para regresar a la agremiación en curso.

Nunca antes la historia del movimiento estudiantil colombiano había tenido tanta acogida dentro de la opinión pública y tan buenos resultados a nivel político.

Sin duda alguna todo proceso debe tener una oposición real. No existe en el mundo un proceso democrático perfecto ni aceptado en su totalidad. Sin embargo, la estrategia nunca debe ser crear proyectos paralelos en contra de los mismos intereses que hacen necesario un cambio social.

Es necesario aclarar que la UPTC luego de discusiones generales y de debates complejos, decidió al igual que otras universidades del país no enviar voceros a la MANE, voceros con voto, pero sí abrió la posibilidad de establecer pequeñas representaciones que expondrían los puntos de vista y conclusiones de la universidad en los diferentes encuentros nacionales.
Como upetecistas debemos hacer una crítica, si para la MANE como escenario concertado por la masa estudiantil decidimos no tener vocerías, ¿por qué de manera ilegítima los representantes estudiantiles del Consejo Superior y Consejo Académico deciden integrar una red independiente y organizarla dentro de la misma institución?

Para lo anterior, no hubo una consulta a los estudiantes. Nunca se nos preguntó si queríamos o no ser parte de la Antimane. Considero que éste es un proceso ilegítimo e irrespetuoso, llevado por personas que debieron consultar su creación al interior de la base estudiantil.

De igual manera, la actuación en la MANE no corresponde al mandato de la comunidad universitaria. Es irresponsable que al dar nuestro voto de confianza ellos como estudiantes rompan espacios que son ganancia para todos.

Se ha llegado al punto de proponer en esas instancias el veto a la universidad por la actuación de sus representantes. Ahora, de manera interna, es válido generar el debate y ver si por la actuación de unos los demás debemos desaparecer del espectro nacional.

No invito a la disidencia pero tampoco a la aprobación de todo lo que construya la MANE. La oposición para existir debe ser parte de los mismos escenarios, ir en su contra con otro proyecto estructural es seguir el juego del gobierno, que busca dividir el interior de la masa estudiantil para generar el debacle de un movimiento nacional.

Como estudiante independiente hago un llamado a la autocrítica, no puede ser nuestra universidad de la que en antaño se jactaron de ser la organizadora de movilizaciones nacionales que luego resultaron ser el fortín político de grupos particulares, la que hoy caiga en los mismos errores. No porque un sector político no está incluido en un comité operativo de la MANE, debemos los demás apartarnos del debate nacional. La estrategia personalista debe ser superada ahora.

El Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de Argentina, en 1918, en uno de sus apartes reza: “…Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa”

Como upetecista Usted decide. Apostarle a la disidencia y debate interno o jugarle a que se rompa la movilización. No somos enemigos entre nosotros mismos, la concertación debe reivindicarse.

El protagonismo de unos pocos no puede abanderar la hecatombe de una causa. La MANE es el camino para estructurar el cambio y es el insumo principal que cimienta una lucha.


NOTA. Este fin de semana se reúnen en Villa de Leyva los representantes estudiantiles De los Consejos Académicos y Superiores del país donde  hará presencia la ministra de Educación, María Fernanda Campo; la directora del ICETEX, Martha Lucía Villegas, el presidente del Sistema Universitario Estatal y rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Luis Enrique Arango y el rector de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Gustavo Orlando Álvarez Álvarez.

Lina Parra
Representante Estudiantil Facultad de Derecho UPTC

sábado, 21 de abril de 2012

Reivindicar sueños, conmemorar con palabras


Publicado el 25 de marzo de 2012. Periódico El Diario. Edición impresa

Reivindicar sueños, conmemorar con palabras

Tengo 20 años y desde hace cinco vivo orgullosa de ser upetecista. No conocí a Tomás Herrera, quizás para entonces mi madre que cursaba sus primeros semestres no pensaba que algún día yo llegaría a su vida, pero sí fue testigo del deceso, de la desgracia que hace 25 años enlutó el claustro universitario.

El fin de semana en una charla familiar recordó lo sucedido, la impotencia que como estudiante genera ver a otro caído, la nostalgia de la impunidad pero jamás la sentencia del olvido. Sólo afirmó que esperaba que no tuviera que vivir algo parecido, porque el luto nunca se deja atrás. El joven que se va se refleja en sus semejantes.

Dos días después en hechos similares, tuve que ver como mis compañeros caían cerca al busto de Tomás, el cual ese día tenía un frondoso ramo de rosas y una capucha blanca, en símbolo de remembranza y homenaje por su muerte.

Es ilógico relatar lo que vivimos ese día. Basta con decir que el miedo, el temor, la angustia y la sangre rodearon a mi UPTC entera. Jamás sentí tanto silencio, soledad y tristeza entre nosotros.

El jueves la Plaza Camilo Torres se inundó de nostalgia, las lágrimas rodaron por miles de rostros, los rostros de nosotros los jóvenes, hijos de esta tierra de libertad que no entendíamos cómo nuestros compañeros estaban mutilados y el asta a medio izar representaba el luto, el deceso de Ricardo.
Puede que muchos no lo conociéramos, tal vez sabíamos quien era pero nunca cruzamos palabra. Quizás otros entienden el porqué botar una piedra o una papa resulta ser un acto de rebeldía.

Yo aún no lo comprendo. Siempre he respetado los métodos de lucha, la pluralidad de acciones y las formas de reivindicación legítima. No comparto los actos sin trasfondo político, esos que no tienen una causa verdaderamente justa. Esa que olvida el debate y antepone la violencia.

Pero también he aprendido que éste resulta ser un país en guerra, un Estado que se alegra por la muerte de algunos y que repudia la muerte otros. De un país que acepta la corrupción como costumbre fluctuante pero que discrimina al pobre que roba para comer. Esta es una nación que se entristece por los glúteos de una modelo pero que pasa apático frente a cientos de desplazados que habitan en las calles de las ciudades colombianas.

La universidad pública nos hace vivir de frente las injusticias, la igualdad es la premisa y el sentido social el enfoque profesional de nuestros egresados. Hacemos parte de una generación que creció viendo nacer la constituyente y sufrió la muerte de Pizarro y de Garzón. Somos la misma que vio surgir la globalización virtual, el cambio de milenio o la simple legitimación de la violencia tras períodos presidenciales de extrema, que conmocionaron el ideario general celebrando la desgracia detrás de la muerte y legitimando otras en pro de la aceptación de un régimen.

Algunos nos llaman generación perdida y en ocasiones pienso que puede ser cierto. Faltan jóvenes que critiquen, que sueñen, que trabajen. Faltan otros que investiguen, que innoven, que construyan. Faltan todos los que luchan, los que viven, los rebeldes!
Esta es una nueva era, la del diálogo y concertación. La construcción de escenarios participativos y democráticos es imperante. La estructura de nuestra nueva ley de educación no es una tarea en el olvido, es nuestro más grande insumo para cambiar el país, para reavivar la esperanza.

Yo no quiero más 18s ni 20s de marzo, Yo sueño con una revolución de masas, de líderes estudiantiles capaces de cambiar la historia.

El pueblo que olvida sus muertos entierra sus sueños.  Nosotros no olvidamos, conmemoramos con hechos, con actos, con palabras. A unos los llaman héroes por morir cumpliendo su deber. Hay otros que mueren defendiendo sus convicciones, sus ideales. Eso es aún más triste.

Ya no más discursos con ánimo solidario por parte de una administración que llama al diálogo y al acercamiento con el estudiantado, cuando ni siquiera es capaz de prestar una ayuda jurídica y psicológica a los estudiantes y sus familias que hoy viven un suplicio al interior de su hogar.

Nadie es apto para juzgar. Es éste el momento de reflexionar, de tener el valor suficiente para desaprobar la violencia, pero también para mirarnos como ciudadanos y ver hasta dónde hemos realizado acciones para cambiar este país, la Colombia que tanto queremos, el ordenamiento que criticamos y las instituciones a las que día a día nos acercamos.

Lina Parra
Representante Estudiantil Derecho UPTC

viernes, 13 de abril de 2012

Destierro


De qué serviría gritar que te extraño
Si tras la impasible realidad me esfumo entera,
De qué sirve gritarlo!
Si cuando más te necesité huiste cobarde.
Cuánto importa el amarte
Si en la quimera del olvido me refugiaste un día,
Una tarde, una noche, toda una vida…
Podría decirte bienvenido al pleamar de mi angustia
Más sólo puedo invitarte a un recorrido de nostalgia…
Puedo también decir que te amo
En la vanalidad y la crudeza del destierro,
De la cobardía sin perdón…
Del contraste multiesférico de nuestros mundos,
Del sutil enigma que encierran el orgullo y la razón.
He de entonces suplicarte: no me extrañes,
No me ames, no me pienses…
Más allá de la figura subsidiaria en la que me convertiste,
En la tiranía absurda de un amor que ya no fue.

Giro a la izquierda


Ya no evocaré tu risa
Ni el rozar de tu cabello,
Tampoco la idea absurda
De cosquillearte el pecho
Hasta verte llorar de la fatiga.

Quizás recuerde
De manera ambivalente
Tus gestos y manías,
El temblar de tus manos
O el rumear tus uñas.

Te vi sufrir, es cierto.
Vi como siendo tan altivo
Resultabas ser débil
Y lloré contigo,
Una y otra noche.

Leí cada palabra que escribías
Fui parte de tu fuerza y de tu vida,
Una acción en la esperanza.

Te acepté como eras
Con tus errores y alegrías,
Con las muchas mujeres que pasaron,
Con historias entre sábanas.
Esa fue mi desdicha,
Desventura y destemplanza.

Hoy el reloj giró a la izquierda,
Regresando el tiempo con los años,
Se borraron acápites, estrofas,
Se esfumaron los poemas y los llantos,
Se fueron tantas noches y desdichas,
Pero no del todo se apartaron.

En el entremés de la batalla,
Acepté tus triunfos
Aunque fueran mi derrota,
Los mismos que sentencian
Mil quimeras de nostalgia.