Algún día, hace mucho tiempo, tanto que ya ni me acuerdo, conocí a una niña, algo loca pero a la vez especial, loca porque peleaba, por pequeñas bobadas, y no sé qué pasaba, pero yo, solo la quería contentar, yo hacía muchas cosas, para contentar a ese niña y así me volviera a saludar.
Paso algún tiempo, hasta que esa niña me podía tolerar, ya no le ponía tanta atención a mis bobadas, y en vez de pelear, me regalaba una sonrisa, sonrisa de brabucona pues si es brava esa niña, tal vez por eso siempre la quería desenfadar.
La fui conociendo mientras pasaba el tiempo, nos hicimos amigos, hasta buenos amigos y hoy nos decimos te quiero, pero no cualquier te quiero, un te quiero de compañeros puro y sincero, un te quiero de esos que perduran en el tiempo.
Conforme la conocía, me seguía asombrando, con pequeñas, muy pequeñas cosas, que me hacían comprender, que hacía mucho tiempo en realidad conocí una niña loca pero muy especial, que con pequeñas cosas, me hacía comprender que no la conocía, pues no me dejaba de asombrar.
RELATO DE UNA F…
ResponderEliminarAlgún día, hace mucho tiempo, tanto que ya ni me acuerdo, conocí a una niña, algo loca pero a la vez especial, loca porque peleaba, por pequeñas bobadas, y no sé qué pasaba, pero yo, solo la quería contentar, yo hacía muchas cosas, para contentar a ese niña y así me volviera a saludar.
Paso algún tiempo, hasta que esa niña me podía tolerar, ya no le ponía tanta atención a mis bobadas, y en vez de pelear, me regalaba una sonrisa, sonrisa de brabucona pues si es brava esa niña, tal vez por eso siempre la quería desenfadar.
La fui conociendo mientras pasaba el tiempo, nos hicimos amigos, hasta buenos amigos y hoy nos decimos te quiero, pero no cualquier te quiero, un te quiero de compañeros puro y sincero, un te quiero de esos que perduran en el tiempo.
Conforme la conocía, me seguía asombrando, con pequeñas, muy pequeñas cosas, que me hacían comprender, que hacía mucho tiempo en realidad conocí una niña loca pero muy especial, que con pequeñas cosas, me hacía comprender que no la conocía, pues no me dejaba de asombrar.