viernes, 13 de abril de 2012

Destierro


De qué serviría gritar que te extraño
Si tras la impasible realidad me esfumo entera,
De qué sirve gritarlo!
Si cuando más te necesité huiste cobarde.
Cuánto importa el amarte
Si en la quimera del olvido me refugiaste un día,
Una tarde, una noche, toda una vida…
Podría decirte bienvenido al pleamar de mi angustia
Más sólo puedo invitarte a un recorrido de nostalgia…
Puedo también decir que te amo
En la vanalidad y la crudeza del destierro,
De la cobardía sin perdón…
Del contraste multiesférico de nuestros mundos,
Del sutil enigma que encierran el orgullo y la razón.
He de entonces suplicarte: no me extrañes,
No me ames, no me pienses…
Más allá de la figura subsidiaria en la que me convertiste,
En la tiranía absurda de un amor que ya no fue.

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