martes, 11 de diciembre de 2012

Te espero

He decidido escribirte porque sé que tienes forma de leerme cada noche.
Quizás recuerdes picardías y travesuras;
Depronto no olvidas los llantos y agonías;
Tal vez tienes presente las risas, el perfume, las caricias...
Es probable que conformándote al destino, hayas decidido no intentarlo, ni siquiera pensarlo...
Sin embargo, aunque no lo preguntes, cada madrugada taciturna el rocío evoca tu risa y tu ternura,
Y yo, aceptando mi derrota, me resigno a la sentencia del destiempo, del error de la inmediatez.
Sólo he de decirte: regresa cuando el temor se esfume y la seguridad te acompañe.
Por ahora la lejanía es mi resguardo, es mi aposento tímido, que absorto en el limbo simplemente espera tu compañía
Y cuando decidas regresar a éste tu sitio, ofreceré mi humilde compañía y si así lo quisieras lo será por siempre, para toda la vida

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