Dejaste un día el adiós eterno;
En la primavera que renace en mi alma
Te olvidé depronto y recibí amor nuevo...
Y la enredadera que seguía tus pasos
Marchitó una tarde, bajo el fiel ocaso...
Sin decirte nada se esfumó en silencio.
No vuelvas ahora a sembrar de nuevo,
Desde que se ha ido
diviso constante el horizonte pleno,
Es tan bello el despertar sin muros!
Es tan libre este mirar de ensueño!
linayparra
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