martes, 7 de abril de 2015

No se trata de cuánto vivimos sino de cómo vivimos. Nos distraemos tanto en agradar y encajar con otros, que olvidamos lo verdaderamente importante. El Señor nos has enseñado a amar, a cuidar de la familia, a disfrutar de acuerdo a nuestra fe. Morimos y nada llevamos, sólo el regocijo de una vida cristiana y la esperanza de una eternidad con Dios. Vive para que te extrañen, para que recuerden tu historia como un ejemplo, pero también vive para ser feliz.
                          
                                                                                 linayparra

No hay comentarios:

Publicar un comentario