A pocos meses de las elecciones de mitaca ya se conocen la mayoría de los candidatos a corporaciones, alcaldías y gobernación. Sin duda alguna el panorama político se torna interesante, tras el juego de poder y el convencimiento popular de cada uno de los candidatos.
Al divisar los primeros encuentros y lanzamientos de campañas, también se hace clara la estrategia: mientras unos convencen con convicción y metas concretas, otros alardean ser honestos por no son ser políticos.
¿Puede alguien seguir creyendo en la magnanimidad de programas, con bases inocuas e ideologías indirectas? ¿Podemos seguir pensando que la estrategia es alardear honestidad porque jamás se ha ejercido un cargo público? ¿Pueden los jóvenes seguir creyendo que la no participación política es la mejor muestra de desarrollo social, pero que participar en ella a través de candidatos “renovadores” los exime de ser seres políticos?Yo no creo en quien dice “soy honesto porque no soy político”, yo creo en el político honesto. Yo creo en ese que proyecta un departamento mejor a través de las juventudes, creo en ese que no ve las debilidades sino las fortalezas, creo en ese que es capaz de conocer un departamento no por ponerse la ruana sino por recorrerlo con ella. En ese creo.
Dejemos el discurso light para las presidenciales de antaño, sí, creímos en Mockus porque es un político con resultados, un personaje coherente tras las decisiones y rompimientos de su partido, situación que no ha tenido un pronunciamiento por parte de los congresistas del partido verde oriundos del departamento.
Las modas son pasajeras igual que los discursos, somos jóvenes repensando país. No creemos en el que mucho habla sino en el que demuestra.
Yo no creo en partidos con ideologías en las letras, yo creo en equipos que construyan y planeen una mejor Boyacá!
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