viernes, 15 de julio de 2011

Un hasta luego al poeta

Publicado en el periódico El Lunes. 15 de Noviembre de 2010


El lunes pasado, mientras coincidencialmente escuchaba una composición poética del Maestro Uriel Salazar, una noticia me estremeció en el alma… pasaron por mi mente gratos recuerdos de mi infancia, tantas anécdotas rodeadas de versos y poemas, de risas y nostalgias… tan sólo el silencio prolongado demostró cuan impacto merecía el saber que él ya no estaba.


“Va sin destino y sin fecha la redacción de mi carta, lleva de esta tierra un grito que amordaza las gargantas”… tantos versos hechos poemas, cada frase me recuerda cuanto amó esta patria. Este fragmento de una de sus composiciones, refleja sin duda el querer de este escrito, una nota que no sé a donde vaya, un instante marcado por el honor de haberlo conocido y la tristeza enorme de no saberlo con vida.

¿Qué es un poeta? me preguntó un día, y con la inocencia de la edad impúber tan sólo una sonrisa escondida y sonrojada, reflejaron la timidez de quien no tenía respuesta. ¿Qué es un poeta? podría preguntar ahora, cuan contestación vana que describe un hombre tan solo diría: Magnifico alfarero del recuerdo, hacedor de la historia y de la vida, tejedor de la esperanza y soñador de paz.

Palabras insulsas para momentos como este, nunca serán suficientes los versos para poder hacerle una semblanza. En manos de la comunidad artística boyacense queda el plasmar su última composición literaria. Ese libro que cargaba orgulloso esperando el momento de recuperarse para publicarle a Colombia otro sin fin de letras que enmarcaban sueños y añoranzas por un mejor país.

Hasta luego al mejor declamador de Colombia, a quien marcó la vida de niños y jóvenes declamadores que encontramos en el arte un suspiro por la vida, un nuevo renacer entre palabras y una historia de vida hecha eco de la voz.

Hasta luego al maestro, porque en algún lugar estará cercano a un arpa, evocando letras y magnificando al creador. Hasta luego a aquel a quien la providencia me permitió conocerle, porque un adiós es para siempre y tan sólo espero encontrarlo en ese lugar que siendo un limbo me permitirá escucharlo nuevamente.

Seguiremos fortaleciendo su legado, recordando en el escenario al hombre que bajo el endrino nos hizo suspirar con el encanto de su voz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario