viernes, 15 de julio de 2011

Ya puedo estar muerto

En sus ojos veo la fatal angustia
La resignación y el creerse muerto….
Parece que los pasos de los muchos otros
Pisotean su alma, su pequeño cuerpo.


Fallido el instante que llegó a este mundo,
Marcado por el cruel olvido
De la injusta vida y de su propia madre
De la que hoy no guarda recuerdos.

Pequeño sentado tan sólo pidiendo
Con voz silenciosa al que lo está viendo…
Parece yerto con esa postura
De niño muy sucio y de ángel muerto

Para sí pregunta si es justo ese lecho
Si nació tan sólo para abrigar su cuerpo
Con un frágil cartón y sus tontas manos,
Esas que de pronto, tocan sin estar sintiendo…

Mira la lluvia caer en su aposento
Y creen que este mundo es el fiel reflejo
Del alma lúgubre, que a su edad ansía
El querer ser eterno…

Y pasan muchos otros, y el niño ya ruega
Que volteen a verlo… y sí, ¡si lo hicieron!
Perplejo los mira, sonríe y dice:
Ya puedo estar muerto.

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